
Hoy publicamos la incorporación al trabajo de nuestra compañera
"5 meses menos dos días tenía Clara cuando me incorporé a trabajar.
Es todo lo que pude alargar la vuelta.
Junté las 16 semanas del permiso de maternidad con las vacaciones del año anterior que aún tenía pendientes.
El permiso de lactancia lo disfruté saliendo durante 1 año una hora antes; si hubiera cogido los 28 días en cuanto hubiera vuelto a trabajar tendría que haber hecho guardias de 24h.
Tengo que dar las gracias a mis compañeros por ayudarme, aunque ellos no sean conscientes, a mantener la lactancia de mi hija.
Durante la mañana me ausentaba dos veces, media hora cada vez aproximadamente para extraerme leche en el despacho de un compañero, que en el momento que yo se lo pidiera estaba dispuesto a dejar de hacer lo que estuviera haciendo y permitirme quedarme el tiempo que hiciera falta allí:
Ya vas a lo tuyo, no? O ¿te toca ordeñarte? -me decía en tono jocoso-.
Ahora lo recuerdo con una sonrisa.
La leche que me extraía la llevaba a la guardería cuando recogía a Clara en una nevera para que se la dieran al día siguiente. Así hasta que conseguí plaza en la guardería de mi centro de trabajo al curso siguiente que Clara tenía ya 10 meses.
Ahí empezó a ser más fácil porque dejé el sacaleches aparcado e iba a darle directamente en el envase original.
Desde aqui tengo que dar las gracias a mis compañeros que han contribuído a la exitosa lactancia de Clara... 21 meses de momento... "
Teresa , vocal del punto de Apoyo de San Javier:
"5 meses menos dos días tenía Clara cuando me incorporé a trabajar.
Es todo lo que pude alargar la vuelta.
Junté las 16 semanas del permiso de maternidad con las vacaciones del año anterior que aún tenía pendientes.
El permiso de lactancia lo disfruté saliendo durante 1 año una hora antes; si hubiera cogido los 28 días en cuanto hubiera vuelto a trabajar tendría que haber hecho guardias de 24h.
Tengo que dar las gracias a mis compañeros por ayudarme, aunque ellos no sean conscientes, a mantener la lactancia de mi hija.
Durante la mañana me ausentaba dos veces, media hora cada vez aproximadamente para extraerme leche en el despacho de un compañero, que en el momento que yo se lo pidiera estaba dispuesto a dejar de hacer lo que estuviera haciendo y permitirme quedarme el tiempo que hiciera falta allí:
Ya vas a lo tuyo, no? O ¿te toca ordeñarte? -me decía en tono jocoso-.
Ahora lo recuerdo con una sonrisa.
La leche que me extraía la llevaba a la guardería cuando recogía a Clara en una nevera para que se la dieran al día siguiente. Así hasta que conseguí plaza en la guardería de mi centro de trabajo al curso siguiente que Clara tenía ya 10 meses.
Ahí empezó a ser más fácil porque dejé el sacaleches aparcado e iba a darle directamente en el envase original.
Desde aqui tengo que dar las gracias a mis compañeros que han contribuído a la exitosa lactancia de Clara... 21 meses de momento... "