Hace unos 10 años decidí hacerme una reducción mamaria, una vez hecha, me dijeron que NO tendría la opción de amamantar a mis hij@s, que no se me ocurriera intentarlo...
Nunca he sido conformista con lo que me importa, y para mí poder dar el pecho era muy importante, así que leí e investigué mucho y vi que con el tiempo los conductos se podrían regenerar.
Cuando me quedé embarazada mi única incertidumbre y preocupación era si podría dar el pecho o no...y en que medida.
Hice varias consultas a asesoras de lactancia, tod@s coincidían en que hasta q no naciera la bebé no se podía saber.
El 16 de Enero nació mi hija e inmediatamente la pusieron en mi pecho, al poco se enganchó y todo fue bien, mamaba y notaba como tragaba y se saciaba, yo me sentía contenta, tras tanta incertidumbre los calostros estaban presentes, me sentía buena madre....
Al tercer día empecé a notar que mi bebe se quedaba con hambre, así que no dudé ni un segundo y pedí ayuda.
Comencé a amamantar a mi bebé con un relactador con leche de fórmula, más lo que sale de mi pecho (que nunca sabré que cantidad será), he tenido muchos fantasmas, no os voy a mentir, tenía dudas, miedo, incertidumbre… incluso decía llorando que estaba dándole una teta de mentira, que la estaba engañando, que no era suficiente para ella....
Por suerte, a día de hoy puedo decir que estoy feliz y a gusto con lo que hago, he seguido adelante con mi instinto, con lo que siento , al final es cosa de nosotras dos y mientras mi bebé este feliz, yo también lo estaré.
Además tengo la suerte de haber tenido el gran apoyo de mi marido q nunca dudo de mi capacidad.
La teta no es solo el alimento, es refugio, es calor, es consuelo, es casa, es apego.
Gracias @lactanciamadreamadre gracias María, sin tu apoyo y ayuda incondicional no hubiéramos llegado a conseguir un sueño♥️