Queremos con esta propuesta que sirva para ver como en un espejo que es POSIBLE..
Hace cinco años estaba esperando a Mara, faltaba un mes escaso para verle la carita por primera vez. Ella no lo sabía (yo tampoco) pero me iba a enseñar lo equivocada que estaba en muchas cosas e iba a dar la vuelta a muchas expectativas y creencias acumuladas en mi mochila durante años. Como buena maestra nos pusimos a “trabajar” y para el 1 de Septiembre Mara estaba aquí, para que el resto de mi vida tuviera una alegría que celebrar el primer día de cada nuevo curso después de las deseadas y disfrutadas vacaciones de verano.
Cambié muchas creencias y esquemas en mi forma de ver y vivir la maternidad pero por mi situación económica y laboral no me podía permitir una excedencia (que era lo que mi corazón y mi alma me pedían) así que después de las 16 semanas de permiso por maternidad, las 8 semanas más que tuve al solicitar la lactancia acumulada y un mes de vacaciones me incorporaba al trabajo con mi hija teniendo 5 meses y medio, demasiado pequeña ella demasiado pronto para mí pero dando gracias porque otras mamás lo tienen que hacer antes que yo.
Mara y yo tuvimos un inicio de lactancia complicado, se podría decir que cuando yo empezaba a disfrutar de la lactancia llegaba el fin, porque ¿cómo iba a mantener una lactancia materna exclusiva y a libre demanda si no estaba con ella? Pues con formación, ayuda y tranquilidad, escuchando mi corazón que me decía que bastantes cosas me iba a perder como para encima perderme también nuestro momento especial. Y así empecé a extraerme leche y a guardarla en el congelador en recipientes de 50ml. para que la abuela o el papá (que eran los que se quedarían con ella) fueran dándole conforme ella fuera pidiendo. Buscamos un biberón, pero teníamos previsto que podría rechazarlo y entonces lo intentarían con vasito o cuchara.
Y llegó el temido día, llore mucho, muchísimo, porque sentía que le estaba fallando, que no era justo, que no lo iba a entender, pero mi gran maestra me lo hizo muy fácil: a las 7.30 hizo su última toma conmigo, me fui al cole a las 8:30 y regresé a casa a las 13:00 para tener que volver a salir a las 15:00 y volver tres horas más tarde. En este tiempo Mara hizo dos tomas de biberón con mi leche extraída, una por la mañana y otra por la tarde. A medio día me esperaba con los brazos abiertos y pronto recuperaba el tiempo perdido, mientras ella estaba en un pecho yo me extraía del otro y por la tarde igual, guardando la leche para el día siguiente. La producción se reguló pronto ya que los primeros días el pecho se cogestionaba mucho ya que en el cole no me podía extraer, pero todo resultó más fácil de lo que me imaginaba, todo menos el separarme de ella, eso siguió doliéndome mucho, durante mucho tiempo.
Pasados un par de meses introdujimos la alimentación complementaria y sustituimos la toma de la tarde por fruta, y a los 15 meses probó los yogures que le encantaron y empezó a tomar uno a media mañana con pan y dejo de tomar mi leche en biberón y a tomarla sólo en su envase natural cuando estábamos juntas, y así estuvimos tres años, hasta que ella quiso, disfrutando de una lactancia que nunca pensé que pudiéramos tener tal y como habíamos empezado, pero esa es otra historia.
Ahora es David quien tomó el relevo, el nació en Marzo así que con el permiso por maternidad y las vacaciones de verano también nos separamos a los 5 meses y medio. David no quiso el biberón a pesar de estar más acostumbrado al chupete que su hermana, así que la abuela estuvo dándole en vasito la leche hasta que se hizo amigo del biberón. Con él sigo extrayéndome leche para una toma a media mañana a pesar de tener ya quince meses, y espero seguir hasta que él quiera y disfrutar estos momentos tan nuestros.
En mi opinión y por mi experiencia no sólo se puede amamantar y trabajar sino que es deseable. Para mis hijos y para mi reencontrarnos después de mi ausencia por el trabajo es el mejor bálsamo para curar nuestra herida y compensar los tiempos que no estamos juntos… Esas miradas, esas caricias y esos momentos dónde estamos sólo ellos y yo valen mucho, tanto que no lo puedo definir con palabras sólo lo puedo disfrutar.
GRACIAS PATRICIA