Sexto día de celebración, casi a punto de terminar la Campaña Mundial para concienciar sobre la posibilidad real de Compatibilizar trabajo y lactancia, publicamos el testimonio de Vanesa, mamá de Irene...tal y como ella nos cuenta, las reuniones de los viernes cumplieron su principal (al menos eso intentamos) misión que no es otra que servir de punto de apoyo y desahogo, compartir dudas, inquitudes y miedos...compartir vivencias y experiencias, desde el cariño, en ocasiones es necesario abordar la incorporación al trabajo y su logística despúes de dejar salir la rabia y la tristeza..para poder pensar con claridad y realizar un plan personal para que todo discurra de la manera mas llevadera posible..con serenidad y confianza.
Gracias Vanesa por la confianza que has depositado en este rincón de madres..cada tarde de viernes..
Nos alegramos infinito de que tu deseo de amamantar a tu querida hija se cumpla saltando todos los obstáculos que vayan aparenciendo.
"Buenos días, soy Vanesa, mamá de Irene de 10 meses, aquí aporto mi granito de arena.
Mi historia la conocéis muchas, me desahogaba con vosotras en las reuniones de lactancia.
Me parece muy lejano pero sólo hace cinco meses de la tan temida incorporación al trabajo en la administración de una empresa del Valle de Escombreras.
Mi peque tenía 5 meses y tenía que dejarla con mis padres, una gran suerte, los mejores cuidadores que ha podido tener. Al principio tenía mis dudas, pero se adaptaron sin problemas y encantados, mi niña está feliz y los abuelos han rejuvenecido, la peor parte me la he llevado yo, pues me pierdo muchas cosas y hoy, 2 de Agosto, a la vuelta de las vacaciones he vuelto a llorar viniendo al trabajo… quien me lo hubiera dicho, yo que era de las afortunadas a las que le gustaba su trabajo, con compañeros que son amigos y lo hubiese dejado todo por estar con mi hija las 24 horas del día.
Así están las cosas pero tiene su recompensa diaria, al llegar a casa, que te reciba con los brazos abiertos y una gran sonrisa, ahí se me olvida todo y soy la persona más feliz del mundo, se me olvida que los primeros días de dejarla no quería biberón de ningún tipo, de leche que me sacaba encerrada en mi despacho en el rato del almuerzo, ni sirvió de nada el banco de leche que tenía congelada. Estuve tres meses sacándome leche en el trabajo para que solo tomara unas pocas cucharadas que mi madre le daba pacientemente, fue duro sobre todo para mis padres y para mí que tenía que escucharlos.
Pero no pasó nada, ella marcaba el ritmo y seguía sana y feliz, en cuanto me veía recuperábamos las dos y cuando empezó a comer sólidos todos nos tranquilizamos, con los abuelos comida y conmigo teta. Y así seguimos, aprovechando al máximo el tiempo que estamos juntas.
Gracias Vanesa por la confianza que has depositado en este rincón de madres..cada tarde de viernes..
Nos alegramos infinito de que tu deseo de amamantar a tu querida hija se cumpla saltando todos los obstáculos que vayan aparenciendo.
"Buenos días, soy Vanesa, mamá de Irene de 10 meses, aquí aporto mi granito de arena.
Mi historia la conocéis muchas, me desahogaba con vosotras en las reuniones de lactancia.
Me parece muy lejano pero sólo hace cinco meses de la tan temida incorporación al trabajo en la administración de una empresa del Valle de Escombreras.
Mi peque tenía 5 meses y tenía que dejarla con mis padres, una gran suerte, los mejores cuidadores que ha podido tener. Al principio tenía mis dudas, pero se adaptaron sin problemas y encantados, mi niña está feliz y los abuelos han rejuvenecido, la peor parte me la he llevado yo, pues me pierdo muchas cosas y hoy, 2 de Agosto, a la vuelta de las vacaciones he vuelto a llorar viniendo al trabajo… quien me lo hubiera dicho, yo que era de las afortunadas a las que le gustaba su trabajo, con compañeros que son amigos y lo hubiese dejado todo por estar con mi hija las 24 horas del día.
Así están las cosas pero tiene su recompensa diaria, al llegar a casa, que te reciba con los brazos abiertos y una gran sonrisa, ahí se me olvida todo y soy la persona más feliz del mundo, se me olvida que los primeros días de dejarla no quería biberón de ningún tipo, de leche que me sacaba encerrada en mi despacho en el rato del almuerzo, ni sirvió de nada el banco de leche que tenía congelada. Estuve tres meses sacándome leche en el trabajo para que solo tomara unas pocas cucharadas que mi madre le daba pacientemente, fue duro sobre todo para mis padres y para mí que tenía que escucharlos.
Pero no pasó nada, ella marcaba el ritmo y seguía sana y feliz, en cuanto me veía recuperábamos las dos y cuando empezó a comer sólidos todos nos tranquilizamos, con los abuelos comida y conmigo teta. Y así seguimos, aprovechando al máximo el tiempo que estamos juntas.